Actualmente en el país iniciará aplicarse la ley 2232 de 2022 que prohibirá el uso de plásticos de un solo uso, como los pitillos y bolsas de empaque en supermercados, según lo establecido, busca reducir progresivamente su consumo y producción.
Este es el inicio de desarrollar una nueva cultura en Colombia para ser más racionales sobre el uso de los plásticos, especialmente las bolsas. ¿Pero cómo este invento se creó con otro propósito?
La bolsa de plástico, ese objeto cotidiano que hoy asociamos con el daño ambiental, tiene una historia curiosamente diferente. Cuando fue inventada en la década de 1960, la bolsa de plástico fue vista como una solución revolucionaria para un problema ambiental: el desperdicio de papel y la deforestación. Sin embargo, con el tiempo, esta innovación bien intencionada se convirtió en una amenaza para el planeta.
En 1965, la empresa sueca Celloplast patentó la bolsa de plástico moderna, diseñada por el ingeniero Sten Gustaf Thulin. La idea detrás de la bolsa de plástico era simple pero ingeniosa: crear una alternativa duradera y reutilizable a las bolsas de papel. En esa época, el uso masivo de bolsas de papel estaba contribuyendo a la deforestación y al desperdicio de recursos naturales. Las bolsas de plástico, ligeras y fuertes, prometían una solución más ecológica. Como que tenía mas durabilidad, se podrían reutilizar y fabricarla requería menos recursos y energía ante una bolsa de papel.
A pesar de las buenas intenciones, la realidad fue otra. A medida que las bolsas de plástico se hicieron más baratas y accesibles, su uso aumentó exponencialmente. Las personas comenzaron a utilizarlas como productos desechables en lugar de reutilizables. Este cambio en el comportamiento del consumidor llevó a una serie de problemas ambientales graves que hoy vemos.
Se estima que aproximadamente 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año, con las bolsas de plástico como uno de los mayores contribuyentes. Animales marinos y terrestres confunden las bolsas de plástico con alimentos, lo que puede resultar en asfixia, inanición o intoxicación. Lo que ha hecho de las bolsas símbolos del problema de la contaminación plástica.
El plástico no se biodegrada. En su lugar, se descompone en microplásticos que pueden permanecer en el ambiente durante cientos de años, acumulándose en la cadena alimentaria y afectando a todos los niveles del ecosistema.
Para abordar estos problemas, se han implementado varias soluciones a nivel global: Por ejemplo, en la Unión Europea se han establecido metas para reducir significativamente el uso de bolsas de plástico. Se están promoviendo alternativas más sostenibles, como bolsas reutilizables de tela, papel reciclado y materiales biodegradables. Ahora Colombia se suma a un reto ambiental con la prohibición del plástico, proceso que será clave para cambiar el comportamiento del consumidor.
La bolsa de plástico es un claro ejemplo de cómo una innovación destinada a ser beneficiosa puede tener consecuencias negativas imprevistas a largo plazo. Aunque fue creada con la intención de reducir el impacto ambiental, su uso desenfrenado y desechable ha generado un problema global que ahora requiere soluciones urgentes y coordinadas.
La historia de la bolsa de plástico nos recuerda la importancia de considerar el ciclo de vida completo de los productos y de fomentar prácticas sostenibles desde la innovación hasta el consumo. Solo así podremos evitar que futuras innovaciones verdes se conviertan en problemas ambientales.